Cuarenta años del Che

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Se cumplen cuarenta años de la muerte de Ernesto Guevara, el revolucionario argentino que combatió junto a los hermanos Castro para derrocar a Fulgencio Batista, el dictador cubano, en 1959.  Si preguntáramos a los jóvenes de generación y media  para que mencionaran el nombre de un líder que les viniera a la cabeza, muchos responderían, sin dudarlo, que el Che.

Aparte de que el concepto de líder ha ido cambiando con el tiempo, y en nada se parece hoy -gracias a Dios- al estereotipo de hace unas décadas, lo cierto es que aquella fotografía del Che tomada en un cementerio lo aupó a los altares de la popularidad demagógica e irreflexiva, a base de ser serigrafiada en miles de banderas y camisetas de niñatos que, aún hoy, algunos, no saben dónde está Cuba. 

No. Decididamente el Che no fue un líder. Tuvo carisma y personalidad. Incluso, parece ser, que se mantuvo con valentía y dignidad -que no es poco-frente al pelotón que lo fusiló en Bolivia años después. Pero no fue un líder. Su afán por no parecer un médico burgués y por no mostrarse débil cuando sufría aquellos frecuentes ataques de asma le harían imponerse a sus subordinados por el terror. Triste ejemplo el que debe recurrir al miedo para destacar ante los que están a sus órdenes.

El resultado fue el de un hombre sanguinario y cruel, cuya muerte benefició a muchos: a su memoria, ahora con olor a tocino rancio, en primer lugar; después, a los soñadores trasnochados del 68 francés, necesitados de un ídolo fácil y, por supuesto, a Fidel Castro, quien nunca soñó que aquel mito que nacía tras la descarga de los Rangers bolivianos lo perpetuara en el poder tanto como la mentira que rodeó siempre su leyenda.

Ese hubiera querido ser yo…

Un vídeo muy gracioso para anunciar un coche. Ejemplo de que no hay que caer en excentricidades ni en sensualidades baratas para que la gente compre coches. ¡Bien por Hyundai!