Estupideces de tercera generación

Inserto aquí la entrada que mi buen amigo Albert hace hoy en su blog, porque me parece que da en el clavo, una vez más. Él lo llama «contaminación semántica», haciéndose eco de esa moda tan extendida según la cual todo -o casi todo- es susceptible de contaminar o resultar contaminado. Como también menciona eso que algunos ridículos pretenden llamar ahora «derechos de tercera generación» -como si estuvieramos hablando de un teléfono móvil o una videoconsola, o como si los derechos fundamentales no nos vinieran dados por la Ley Natural desde el comienzo de la Humanidad-, he querido ser menos «correcto» en mi opinión, dando a este post un título más acorde con lo que pasa en estos momentos por mi mente.

…»hay un tipo de contaminación, que está pasando inadvertida hasta para los más intrépidos voluntarios de Greenpace. Me refiero a la contaminación semántica. Os habéis percatado de la cantidad de sandeces y eufemismos que se utilizan para desfigurar la realidad? Interrupción voluntaria del embarazo en lugar de aborto o infanticidio (porque a partir de los seis meses, los fetos son viables); libertad de elección, cuando en realidad se trata de licencia para matar; derechos reproductivos de la mujer; clínicas de reproducción asistida que en realidad son centros de fecundación artificial; derechos de tercera generación, personal sanitario que practica una I.V.E para designar a un abortario que realizó un aborto; asistente al suicidio voluntario, en lugar de verdugo a sueldo…»

Tienen aquí el artículo completo:

http://bioeticaylibros.blogspot.com/2009/01/contaminacin-semntica.html